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Saber reconocer los errores es el primer paso para aprender de ellos y crecer. Todos cometemos errores, los hemos cometido y los seguiremos cometiendo.

“Quien comete un error y no lo corrige, está cometiendo otro error”.

Confucio.

“La culpa es de los demás”

¡Yo no fui! Si bien es una expresión repetida muchas veces por los niños, aún hay adultos que la utilizan aunque quizás no la expresen tan literalmente. Al cometer el error, es más fácil hacer responsable a la otra persona.

Culpando a otros de los propios errores, en cierta manera, lo estamos haciendo porque no tenemos la madurez suficiente para reconocerlos. Es más fácil actuar como víctimas, incapaces de asumir culpas y nos reconocemos como perfectos.

Tus errores, mis errores

Todas las personas solemos tener una habilidad realmente especial: somos capaces de ver los errores ajenos, pero no los propios. Seguro que te habrá ocurrido alguna vez. Esos momentos en que algún amigo o compañero de trabajo, o incluso tu pareja, te señala todo aquello que haces mal, pero sin reconocer nunca que también ellos cometen errores. Y si se lo haces ver es posible que no reaccionen demasiado bien.

 

Reconocer el error para aprender y avanzar

Todos cometemos errores, es parte de la vida. No haberlos cometidos significa no haberse aventurado nunca fuera de la zona de confort. Arriesgarse, lanzarse a esa aventura, a ese proyecto, o incluso a esa relación con la incertidumbre de si saldrá bien implica estar abiertos a equivocarnos y aceptar los errores.

¿Es malo cometer errores? En absoluto. No por ello somos personas imperfectas, sino al contrario: somos seres en proceso de aprendizaje, de mejora. Todos tenemos la obligación y el derecho de cometer errores, aprender de ellos y crecer.

 

¿Por qué nos cuesta tanto aceptar los errores?

  • A menudo los errores nos ponen en evidencia, y no sólo ante nosotros mismos. Sentimos que decepcionamos a los demás. Pero nunca te fijes en otros. Los demás no viven tu vida. Tú eres la protagonista de tu historia y eres tú quien va a tener que asumir ese fallo. Y deberás hacerlo para poder avanzar y mejorar.
  • A veces los errores nos hacen creer que no somos capaces, o que no somos lo bastante hábiles, o inteligentes, o intuitivos. Si piensas esto estarás de nuevo equivocada. Nadie viene a este mundo sabiendo exactamente cómo tener una vida perfecta. En absoluto. No hay niño que pueda aprender a caminar sin antes haberse caído, nadie ha aprendido a nadar sin antes haber tragado un poco de agua… Así que, ¿por qué ser tan exigente contigo misma? Eso afecta a tu autoestima y te impide avanzar.

Aprender es un proceso que dura toda la vida, y para aprender hay que aceptar los errores. Asúmelos y aprende a superarlos. Verás como, día a día, conduces con más seguridad el timón de tu vida.

Cómo reconocer el propio error en 4 pasos

Aceptar: reconocer y asumir un error es el comienzo del proceso de aprendizaje. Aceptar es crecer para avanzar, sin los errores no existiría aprendizaje.

Analizar: lo ideal es observar el error, analizarlo y preguntarse para qué nos sirve, qué de positivo podemos rescatar y cómo hacer para remediarlo.

Aprender: es un proceso que dura toda la vida y para aprender hay que aceptar. Sin errores no existiría el aprendizaje y si no aprendemos de ellos, los seguiremos repitiendo.

Solucionar: todos podemos cometer errores que pueden dañar a los demás o, incluso, herirnos a nosotros mismos. Cuando cometas un error no te juzgues, perdónate, reconoce tu falta y pide disculpas.

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