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El Poder Terapéutico De La Escritura

 

 

La escritura terapéutica puede ejercitarse de forma individual como parte de un proceso de autoexploración y autoayuda, o también como parte de una psicoterapia formal.

La escritura terapéutica nos ayuda a reinterpretar nuestra historia y darle un nuevo sentido. A nivel cerebral, hay investigaciones que avalan que no sólo hay beneficios emocionales en la escritura sino también beneficios corporales.

¿En que consiste la escritura terapéutica?

Escribir tiene ciertas ventajas sobre pensar. Los pensamientos son inmediatos e inevitables, redundantes, desordenados y tienden a mezclarse, por lo que a veces es complicado analizar las cosas con claridad.

En cambio, a través de la escritura conseguimos una distancia con nuestros pensamientos, ya que tenemos tiempo para estructurar qué queremos escribir, podemos borrar y rehacer lo que queremos reflejar, ordenando con más detalle y también ganando en secuencialidad.

Todo esto hace que podamos reflexionar con más lucidez, haciéndonos nuevas preguntas o respondiéndonos a las preguntas de siempre con respuestas diferentes. Es decir, la escritura nos ayuda a reinterpretar nuestra historia y darle un nuevo sentido.

 

 

Beneficios de la escritura terapéutica

A nivel cerebral, hay investigaciones que avalan que no sólo hay beneficios emocionales en la escritura terapéutica sino también beneficios corporales. La escritura implica la activación simultánea de los dos hemisferios cerebrales.

Por un lado, pone en funcionamiento la parte artística, emocional y creativa del cerebro (hemisferio derecho) y por otro lado la parte racional, crítica y estructurada (hemisferio izquierdo). Interrelacionados facilitan la regulación del sistema límbico y, por tanto, el equilibrio emocional. Desarrollar por escrito situaciones traumáticas reduce el estrés y mejora el sistema inmune.

 

Su uso está cada vez más extendido y cuenta con una serie de beneficios que la hacen ganar un alto número de adeptos:

  • Desahogo emocional.
  • Reducción de la sintomatología ansiosa al bloquear los pensamientos obsesivos y circulares.
  • Mayor inteligencia emocional.
  • Cambio de foco sobre la problemática que sufre la persona.
  • Mayor distancia emocional ante los obstáculos.
  • Reestructuración de los eventos traumáticos.
  • Mayor confianza y seguridad.
  • Alivio de la tristeza.

Cómo lograr una escritura terapéutica

Te comparto algunas ideas para empezar con esta práctica saludable de la escritura terapéutica.

Consíguete un libro, cuaderno o diario que te inspire y te guste

No tiene que ser muy sofisticado ni nada por el estilo, pero sí creo que es importante que elijas un cuaderno o diario para ti y para esta intención.

Hazte de un espacio donde te sientas cómodo para sentarte a escribir

Puede ser en cualquier rincón que te guste, e incluso dentro de tu refugio o lugar seguro. Si acostumbras a tu mente a estar en un mismo lugar a la hora de escribir, puedes irte acostumbrando a ese encuentro contigo mismo y que cada vez sea más fácil.

Regálate el tiempo

Creo que lo más importante es hacernos del tiempo y del espacio para escribir, tomar la decisión, porque claro que hay resistencias, barreras y siempre hay «cosas más importantes por hacer». Entonces el reto es tomar la decisión de darte ese espacio para ti, pueden ser desde 15 minutos hasta una hora, el tiempo que necesites.

Escribe para qué quieres escribir

Puedes empezar por escribir para qué quieres escribir, imaginando que le estás hablando a tu consciencia, a tu ser sabio interno o a alguien que te escucha con total empatía y sin juicios. Esto lo puedes hacer incluso cada vez que te sientes a escribir, o como «portada» de tu cuaderno.

Escribe a mano, no en la computadora

Si eres como yo, que escribe velozmente por la computadora, no va a tener el mismo efecto terapéutico que escribir a mano. Además, hay muchos estudios que demuestran que el darle forma a cada letra, el trazo, la presión de tu mano sobre la pluma, entre otras cosas, te van ayudando a procesar las emociones que expresas a través de lo que escribes.

Puedes narrar lo que sucedió, y luego abrirte a compartir lo que sentiste

Si te sientes bloqueado o no sabes cómo empezar, puedes tomarlo como si fuera un diario de registrar lo que pasó, lo que hiciste, lo que te dijeron, empezar por compartir los hechos de la realidad, y después, puedes escribir qué piensas sobre eso que sucedió, finalmente puedes escribir qué sentiste o qué sientes al respecto. Así, poco a poco vas abriéndote a esta experiencia interior.

Ten presente que nadie te juzga, que nadie lo leerá

Para esto, quizás luego tienes la necesidad de quemar o romper lo que escribiste, también puedes encontrar un escondite secreto donde guardar tus cuadernos, al menos al principio, ya luego podrás incluso compartirlo con otras personas, (lo cual es todo un proceso terapéutico por el que yo pasé y eventualmente sí lo recomiendo). De inicio,es importante tener presente que nadie leerá lo que estás escribiendo, eso te ayudará a abrirte un poco más.

Ahora, que sí tú eres el que te juzga a ti mismo por lo que vas escribiendo, habla contigo, date ese permiso de ser honesto, lo que escribes no significa que sea lo que quieres o quien eres, es más bien el desahogo de lo que tenías acumulado.

Puedes apoyarte de estas frases

Completa las siguientes frases o haz listas de lo siguiente:

  • Me preocupa que…
  • Me estresa que…
  • Lo que en este momento de mi vida me inquieta es…
  • Me molesta, enoja o irrita que…
  • Lo que estoy necesitando es…
  • realmente lo que siento es…
  • Lo que me da miedo es…
  • Necesito resolver… para sentirme más en paz

 

Date pausas reflexivas

Una vez que desahogas lo que estás sintiendo, trata de darte un momento para cerrar tus ojos, sentir y después, volver a escribir una conclusión, por ejemplo, “ lo que concluyo a partir de todo esto es que», “lo que creo que estoy necesitando es…”, “lo que me gustaría hacer con todo esto es…”. Esto es importante para que no te quedes con dudas y llegues a una conclusión que te sea de ayuda.

No uses tu cuaderno como diario de la victimez

Se vale quejarse, se vale expresar lo que te molesta, se vale ser totalmente vulnerable al momento de escribir; pero después date el tiempo de encontrar el aprendizaje, la solución, la nueva perspectiva, para que no se convierta nada más en una actividad que le eche más limón a la herida o que refuerce las creencias equivocadas.

A veces duele darnos cuenta de lo que traemos cargando, a veces también terminamos cansados, pero muchas veces también terminas con mucha claridad mental con respecto a lo que necesitas hacer para sentirte mejor.

 

 

Escribir puede servir como un primer paso en el proceso de hacer algo para sentirte mejor. De hecho, en el contexto de una terapia psicológica, es muy común su utilización como herramienta terapéutica simple y poderosa. Cuando logramos darle forma al malestar mediante la escritura, el proceso mental que este ejercicio supone es por sí mismo una forma de atacar al problema. Escribir es contar historias y las historias también curan…

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