El que vea con atención esta película, no la podrá olvidar fácilmente. Al director, Kay Pollak, le tomó diecinueve años y una transformación espiritual en madurar la idea.
Es la historia de un dirigente sueco que regresa a su lugar de nacimiento para recuperarse de un ataque al corazón. Hay paisajes impresionantes, algunas escenas y diálogos tienen un mensaje profundo, te hacen pensar y recapacitar sobre la vida.