Síndrome de Alienación Parental

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Desconectado Marcelo Aguirre

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Síndrome de Alienación Parental
« en: Enero 03, 2017, 12:51:37 pm »
Síndrome de Alienación Parental



Los problemas de pareja causan daño a todos los miembros de la familia, y mucho más a los hijos. El afecto que sienten hacia ambos progenitores, unido al temor de perder su cariño, hacen que los campos de batalla afecten de forma importante al desarrollo infantil, trayendo consigo emociones a los más pequeños como el miedo, la inseguridad e, incluso, la culpa.

Cuando ambos miembros de la pareja son respetuosos el uno con el otro pueden conseguir reducir el impacto que sus problemas tienen sobre sus hijos, intentando que el litigio quede entre ambos y manteniendo a un lado a los niños. Sin embargo, existen casos en los que, desafortunadamente, ambos miembros de la pareja, o uno de ellos, utiliza a sus propios hijos de balín para hacer daño al otro, o para calmar sus propias inseguridades.

Esta forma de maltrato infantil puede tomar diversas formas, y una de ellas es la desvalorización de una de las figuras (madre o padre), que se conoce como Síndrome de Alienación Parental (SAP) y que, como todo tipo de maltrato, manifiesta un desequilibrio evidente por parte de quien lo ejerce.

El SAP fue descrito por primera vez en los años 80 por Gardner, con el fin de destacar un conjunto de manifestaciones por parte de los hijos entre las que destacan el desprecio, la crítica, y el rechazo a uno de sus progenitores, de forma injustificada o exagerada, y que se da en rupturas de la pareja conflictivas. Según palabras de Gardner, uno de los progenitores ejerce un lavado de cerebro sistemático y consciente, en forma de discurso continuo, para desacreditar al otro progenitor ante los hijos.

El SAP no solo lo puede ejercer uno de los progenitores, sino que pueden ser ambos padres quienes quieran ejercerlo, convirtiendo en una auténtica angustia la mera existencia del pequeño, quien no está aún emocionalmente capacitado para hacer frente a este tipo de presión emocional.

En otras ocasiones, el SAP puede estar ocasionado por los abuelos maternos o paternos, que ejercen su influencia para desvalorizar a uno de los progenitores (normalmente el que no es su hijo). En ningún caso hablaríamos de SAP cuando es el hijo el que desacredita al otro progenitor por una causa-efecto de la conducta de este último (por ejemplo, negligencia en los cuidados, actitudes agresivas con el pequeño, etcétera).

Si bien actualmente, y debido a la falta de evidencia científica y a no ser reconocido por los principales manuales diagnósticos (CIE y DSM) de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y APA (Asociación Americana de Psiquiatría), este síndrome está en desuso, durante muchos años se ha considerado como una forma de maltrato infantil, siendo considerado incluso a nivel judicial.

Síntomas del Síndrome de Alienación Parental (SAP)


Los principales signos o síntomas que pueden alertar de que un niño está sufriendo un Síndrome de Alienación Parental (SAP) por alguno de sus progenitores o personas cercanas, como los abuelos maternos o paternos, son los siguientes:

* Dificultar por parte de uno de los progenitores que el otro progenitor vea a sus hijos, o pueda convivir o compartir determinadas actividades con ellos.

* Desvalorizar e insultar al otro progenitor en presencia del hijo, aludiendo a aspectos o problemas de pareja que no tienen que ver con el pequeño.

* No dar valor, ignorar, o ridiculizar, los sentimientos o muestras de afecto de los niños hacia el otro progenitor, a la vez que se premian las muestras de rechazo ante el mismo.

* Utilizar a otros miembros del entorno (amigos, familiares, nueva pareja, etcétera) para atacar o menospreciar al otro progenitor.

* Mentir al niño sobre el otro progenitor, revelarle aspectos negativos de él, asustarle, etcétera.

* Impedir la convivencia con el otro progenitor, o no permitirle tomar decisiones respecto al pequeño.

* Un niño alienado intenta explicar el rechazo que siente por su padre/madre con motivos absurdos (por ejemplo “no le quiero porque me compra demasiados juguetes”, “es tonto porque no sabe vestirse”), incoherentes (por ejemplo “qué pesado que le gusta ir a …” cuando en realidad a él también le gusta hacerlo), o empleando frases o términos que proceden del progenitor alienador.


Cómo actuar si sospechas que tu hijo sufre Síndrome de Alienación Parental (SAP)

El Síndrome de Alienación Parental (SAP) supone un tipo de maltrato psicológico hacia un menor. La primera actitud ante cualquier tipo de violencia es alejarse del agresor que, en este caso, no solo agrede al niño, sino también al otro progenitor.

Por ello, imaginarás que ante la presencia de SAP lo mejor es alejarse; primero, para que el pequeño deje de sufrir, y segundo, para que la imagen que proyectas sobre él no pueda continuar viéndose amenazada por el otro progenitor, ya que las personas que ejercen el chantaje emocional necesitan dos cosas para conseguir su objetivo: proximidad y tiempo.

No obstante, a veces las circunstancias personales no hacen posible la separación.

Si ese es tu caso, te ofrecemos algunos consejos para que puedas ayudar a tu hijo:

* Habla con tu pareja o ex pareja, o el familiar que trata de desvalorizarte frente a tu hijo, de lo que te parece que está haciendo. Muestra tu desaprobación al respecto, y pídele que te explique el por qué de su comportamiento.

* Apóyate en tu familia, amigos cercanos…, personas en las que puedas confiar. Es posible que lo estés pasando mal, y no tienes por qué afrontar esta situación en soledad.

* Cada vez que el otro progenitor te desacredite, si estás presente defiéndete para que tu hijo no asuma ese mal concepto sobre ti. Defiéndete delante del niño, pero sin recurrir a insultos ni salidas de tono.

* No entres en su juego ni cedas a sus provocaciones hablando mal al niño del otro progenitor. No lavarás tu imagen con ello, y al niño le harás más daño. Simplemente dile que puede confiar en ti y contarte lo que el otro progenitor dice de ti, pero nunca traiciones su confianza. Debes conocer la situación para defenderte diciéndole: “bueno, es posible que papá/mamá piense eso de mí, pero sabes que las cosas no son de esa manera (ponle ejemplos que lo demuestren), y a veces los mayores nos confundimos”.

* No te canses de decirle cuánto le quieres. No es necesario que seas excesivamente complaciente para ganarte el afecto del niño con un estilo educativo demasiado flexible, porque a la larga los límites se agradecen, siempre que hayan estado combinados con un cariño incondicional.

* No fuerces a hablar al niño si no quiere; probablemente lo haga de forma espontánea cuando esté relajado bañándose, dibujando, o jugando.

* Pide ayuda especializada de un profesional si consideras que tu hijo está sufriendo por esta situación y no sabes cómo ayudarle.